Más que un docente

Docentes del siglo XXI 
La educación es sin lugar a duda una de las vías de desarrollo de cualquier sociedad, todos hemos sido educados y educadores en diversos momentos de nuestras vidas. Desde pequeños somos educados por padres y posteriormente muchos nos convertimos en educadores de nuestros hijos. Con el pasar del tiempo he notado que el privilegio de poder desempeñar un rol de liderazgo y motivación es una de las cosas más satisfactoria de mi vida. He tenido diversidad de alumnos, no solo por la edad, también sus historias detrás de un examen o una banca. Ha sido tanto lo compartido que no puedo nada más que decir gracias. Cuando inicie este proceso hace más de 13 años, pensé que sería un trabajo de un momento, pero con el paso del tiempo he entendido que mi desempeño en esta sociedad nace desde aquí. El poder no solo difundir mis conocimientos sino también todo lo que soy es uno de los procesos más maravillosos de mi vida. No todo ha sido sencillo, he pasado largas jornadas meditando sobre el rumbo de la sociedad y de cómo aportar y no solo criticar como por desgracia muchos profesionales se dedican hacer. Creo que si no soy parte de la solución con seguridad estoy siendo parte del problema y trato que desde mi desempeño profesional poder aportar a que mis estudiantes tengan una idea diferente de su entorno. Quizás mis esfuerzos no han sido vano, no lo sé y quizás nunca lo sabré pero me queda la total satisfacción de que amo con todo mi corazón mi trabajo, de que hacerlo me hace sentir útil al mundo y que por sobre todo que hacerlo me hace sentir que cumplo con el Plan que Dios tiene para mi, se que muy pocos tienen la dicha de disfrutar de su trabajo y es por eso tanta queja y tanta inconformidad por largas horas de trabajo mal remunerado. Por eso soy agradecida por cada espacio que mantengo con mis alumnos. Más de una década de enseñanza y aprendizaje y aun queda mucho por recorrer, en este instante en que el mundo se apresura por avanzar a pasos agigantados en donde es más importante ser mejor que el vecino sin recordar ser mejor que uno mismo, es imperativo reformularnos ¿Cuál es el rol que tenemos? ¿Qué estamos haciendo para mejorar el entorno de quienes nos rodean? Si no estoy conforme con mi realidad ¿Qué hice para llegar a estar y que no hice para cambiarla? Ser docente es ser guía, es ser ejemplo, es ser muestra de un patrón a seguir. No esperemos tener alumnos responsables si los docentes son vagos, no esperamos tener alumnos respetuosos si los docentes son malcriados, no esperemos tener alumnos que ímpetu de cambiar al mundo si los docentes son conformistas con la realidad. Quienes somos padres nos vemos en la doble obligación de mejorar día con día, porque ¿Qué padre no quiere que su hijo sea mejor que el? Todos seguramente, por eso mismo si no queremos hijos mal hablados no lo seamos, si no queremos hijos mentirosos no lo seamos, si no queremos hijos indolente no lo seamos. Seamos rectores y colaboradores de este proceso de formación que no solo enriquece a quien se educa sino también al educador.

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